domingo, 10 de abril de 2016

ESA MUCHACHA TRISTE QUE SUEÑA CON LA NIEVE 65


¿Qué me queda ahora? Recuerdos. Sólo recuerdos. Mayra muerta, Miguelito no se

sabe dónde, Marina y su familia en Miami, según me informó Charito, que se quedó

aquí porque se casó con un militar y está tratando de conquistarlo para que se vaya

con ella. El amor es milagroso. Mis padres esperando el papeleo para la salida de

Bertica, que al fin el hijo de puta de su padre firmó la autorización, que por cierto

nadie sabe dónde está metido ese granuja y yo creo que se fue clandestino y por

eso autorizó la salida de la hija para encontrarse con ella allá, y si es así eso quiere

decir que cuando yo esté allá me va a hacer la vida imposible otra vez con el

asunto de la niña. Nancy logró con su filosofía de aplasta y subirás que la nombraran

jefa del Departamento de Pagaduría y ahora yo soy su subalterna, qué cosa.

Xiomara y las demás compañeras de la escuela con sus diplomas gestionando a ver

dónde pueden colocarse. Bertica eufórica desde que se enteró de que se va para

el Norte a encontrarse, cree ella porque Aurelia se lo dijo, con su cabrón padre, y

no sabe que eso será si yo quiero. Aurelia tristona porque piensa que ya dentro de

poco yo y Bertica no estaremos aquí. Aleida y Juan con su vida apacible y tan

monótona que no sé cómo la soportan. Y para colmo, Basilio de viaje por Europa

por un tiempo dudoso, según me confesó en la despedida, y va y a lo mejor se

queda, porque también está obstinado de esta mierda, como todos, y como la

mujer firmó el divorcio, y sus padres ya están a punto de liquidar, no digo yo si se lo

pensará una sola vez, porque ellos quieren, los pobres, irse a morir a España según

me dijo que le dijeron, y el viejo ahora con sus problemas y su cantaleta puede que

lo convenza para que se quede y de allá los reclame, aunque eso no me lo trago ni

aunque me lo pinte de rosado. Y eso es todo. ¿Qué me queda? Ah. Pues eso, los

recuerdos, que aunque intento que sean los mejores no hay manera de espantar

todo lo malo que me ha sucedido desde que nací. Dice una canción que recordar

es volver a vivir el tiempo que se fue, habría que añadirle y volver a sufrir, porque los

recuerdos son como los sueños, cuando te llegan es como si tú vivieras otra vez lo

que te sucedió. Y yo sola, siempre sola cuando salgo del trabajo, que ahora Nancy

no me acompaña ni a tomarnos un café, porque siempre está ocupada con su

cargo de jefa y se queda después de las cinco. Yo recordando, ahogándome física

y mentalmente, ay,  con los implacables ataques de asma y de nostalgia que no me

dan tregua, eso es lo que me queda. Y esperar a ver qué me decido a hacer, si irme

o quedarme, que ya no sé qué sería lo mejor. Y tengo miedo, tengo mucho miedo, lo

mismo de irme que de quedarme, y eso es lo peor que se puede sentir, porque el

miedo no te deja razonar y una persona con miedo no es capaz de tomar una

buena decisión. Mientras, recuerdos y esperas, pensamientos y soledad, es como si

yo estuviera viendo una película y todas las escenas pasaran velozmente ante mis

ojos y en mis ojos se reflejara todo lo que me ha sucedido desde que nací, pero más

detenidamente lo que me ha sucedido en los últimos años que han marcado mi

vida hasta el límite de la desesperación. Lo demás es apenas una imagen rápida

que pasa sin dar tiempo a captarla en su totalidad...

(continuará)

Augusto Lázaro

www.facebook.com/augusto.delatorrecasas




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