sábado, 14 de noviembre de 2015

ESA MUCHACHA TRISTE QUE SUEÑA CON LA NIEVE 41

Ese parque de Ferreiro es fatal para mí, lo dice mi horóscopo, no dice que sea el

parque de Ferreiro así con nombre propio, pero dice que existen lugares que son

desfavorables para cada persona, según su signo zodiacal, y uno de esos lugares

para mí es ese maldito parque. Allí me hice novia de Tony, allí toqué una picha

por primera vez, la manoseé, la sentí bien parada y bien dura, la miré con temor,

la vi lanzar el chorro cuando le hice la primera paja a Tony. Allí Tony me enseñó los

primeros secretos del placer, por lo que debería estar agradecida del dichoso

parque, pero miren lo que me costó la jaranita. El placer duró tan poco que no me

dejó ningún recuerdo firme, porque después todo se convirtió en pesadilla, y la

pesadilla terminó con un legrado. Por eso cuando tengo que pasar por allí doy la

vuelta a la rotonda y me escabullo por el costado de la farmacia hasta la entrada

de Vista Alegre. Los fósforos. Y ni hablar del encuentro con Rudy. Por eso tengo que

saber cuáles son los otros sitios desfavorables para eludirlos y no cruzar jamás por

ellos. Tengo que desprenderme de este rosario de calamidades que me ha caído

encima, tengo que vivir pendiente de todas esas cosas, no puedo pasarme la vida

fallando. Y sobre todo andar al hilo con la gente que conozco, porque hay gente

que ñequea y de eso nada. Aquí tengo la lista de toda la gente que conozco, la

gente con la que más me relaciono, y voy a saber a qué atenerme con cada cual.

No me fue fácil hacerla, cada vez que le pregunto a alguien cuál es su signo, o qué

día y qué mes nació, si no se me queda mirando con cara de esta está como una

cabra, se echa a reír, me da de lado o hasta se pone changa y me manda a freír

espárragos. Ah, pero como la mayoría cree, como yo, la mayoría me dice lo que le

pregunto. Y hay quienes me lo dicen por lo claro, pero ¿tú crees en eso, muchacha,

o tú eras boba cuando chiquita? Es que la gente se ha vuelto descreída, o aparenta

serlo, que aquí el que más y el que menos cree en algo, lo que pasa es que lo

disimulan para no tener problemas con el gobierno. Todo lo resuelven riéndose y

disimulando. El disimulo es la coraza que protege a los cubanos. Yo creo que la

gente se ha vuelto idiota, porque no hace más que reírse, con los problemas,

dificultades y tragedias que tiene cada familia. Y hasta en los velorios tú oyes a los

dolientes aguantando la risa, haciendo cuentos de relajo, sentados al lado del

difunto. Ya no se respeta ni a los muertos. Madre mía. Pues sí, eso de los signos es un

dolor de cabeza, pero no me queda más remedio. Atenta de con quién hablo, de

lo que hablo, de a quién trato, de cómo lo trato, quién puede ser amigo o enemigo,

todo según el signo zodiacal que tenga. Y esto es el fenómeno vigueta, estarme

acordando de tantas cosas al mismo tiempo, de tantas generalidades y caracteres

en cada persona conocida, yo que siempre he tratado a todo el mundo igual. Y ahí

está el error, no se puede tratar a todo el mundo de la misma forma, porque todo el

mundo no es igual. Tengo que andar a cuatro ojos con la gente que conozco. Sí.

Tengo que cuidar mis pasos, porque Dios dice cuídate, que yo te cuidaré, como

diciendo ponte para la cosa y no esperes por mí. Qué gracia. Pues ya yo no espero

por él para nada. Al carajo... Esta lista me ha alborotado el coco. Bertica, Aurelia,

Marina, Aleida, Juan, Charito, Guillermo, los otros hijos de Marina, Mayra, Miguelito,

el carnicero que es un poco resbaloso, hasta los tres mosqueteros, Tony, Rudy y

René, aquí nadie se escapa, por si acaso. En fin, que la lista aumentará según me

vaya yo acordando de gente con la que trato, aunque sea de pascuas a San Juan.

Y eso de que los cánceres y los sagitarios hacen buena pareja me está pareciendo

una guanajada, como quizás lo sean todas las combinaciones de esas revistas, la

verdad que cada día dudo más y no sé a qué atenerme en las creencias, aunque

sé que en algo hay que creer. Qué enredillo. Me falta Alberto, el viejo ese amigo de

Marina. Y mis padres y mis hermanos, aunque no vuelva a verlos nunca. Mejor no

pensar en eso. No. Dice aquí que hay cuatro tipos de signos, de tierra, de agua, de

fuego y de aire, los cuatro elementos, y cada grupo tiene sus características. Bueno,

dice Marina y dice Aleida que el papel lo aguanta todo. El papel responde al que lo

escribe, sea quien sea, boba, si tú escribes que el mundo se va a acabar la semana

que viene, los ingenuos y los tontos se lo creen y se preparan o no, aunque ya hayan

pasado por esas predicciones montones de veces, porque la gente no escarmienta.

Marina con su filosofía callejera. Pero entonces, ¿qué creer? Marina me sale con

una de las suyas: en la mierda, es en lo único que puedes creer con confianza, pues

sientes su peste inevitable, y se ríe a carcajadas. ¡Qué mujer! Ya me estoy hartando

de estas revistas amarillentas, sucias, desgarradas, demasiadas cosas: días, semanas,

meses, años, números, colores, piedras preciosas, materiales, emociones, ideas,

pensamientos, lugares, sexos, gestos, animales, signos zodiacales, alimentos, todo,

psicología, todo todo, planetas, sí, cómo no, ya lo creo, pero muchacha, coge un

montón de periódicos y de revistas y busca los horóscopos en cada número, verás

que cada periódico y cada revista dice una cosa distinta, ¿no te das cuenta?, ¿en

cuál vas a creer?, y se ríe, sí, se ríe conmigo, quizás piensa que soy monga de marca

mayor. Y yo me estoy volviendo descreída también, cada día creo menos, en la

gente, en Dios, en las revistas, en la astrología, en los santos, en los curas, en los

políticos que bueno, en esos nunca he creído una mierda, y que me perdone el

Altísimo si mi fe hacia él ha menguado tanto, pero... en fin, que dice Miguelito que

esas cosas han cambiado y que me va a traer una revista moderna con todo eso

actualizado. El que no cambia se estanca, dice, tienes que actualizarte, si no,

despídete del cijú platanero, mi amiga. Aquí no publican nada de eso, de dónde

habrá sacado Miguelito esa revista. Siempre con su manía de dejar las cosas a la

mitad. Cuestión, que hay que creer en algo, pero ¿en qué? Esa es la cosa. En Dios,

en Alá, en Buda, en un babalao, en la gallina prieta que ponen en la puerta de los

que quieren joder los santeros o los espiritistas, en el bembé de Chencha la gambá,

en un muñeco de trapo, ¿qué sería del mundo si nadie creyera en nada? Sin fe no

se puede vivir, ¿en qué te vas a refugiar cuando tengas un problema serio? Por eso

la hija de ese dictador soviético dijo en el aeropuerto de Nueva York que no se

puede vivir sin llevar a Dios en el corazón. Salió en una revista vieja de las que tiene

Marina en su casa, que no habla nada de los signos ni de nada de eso. Bueno, que

Marina dice que antes ella era muy creyente, y que ahora... y se calla, porque yo

creo que en el fondo ella sigue creyendo. Pues eso, seguiré con la lista a ver qué es

lo que pasa, que dice Mayra que lo que pasa es lo que no se traba. Del carajo...

(continuará)

Augusto Lázaro

@augustodelatorr


www.facebook.com/augusto.delatorrecasas

No hay comentarios:

Publicar un comentario