sábado, 28 de marzo de 2015

ESA MUCHACHA TRISTE QUE SUEÑA CON LA NIEVE 12

Todavía no hace tres meses de que se fueron mis padres cuando se aparecen mis

primas. Pero no vienen solas: traen a una anciana en una silla de ruedas que me

presentan como la tía Emilia. Me quedo en la puerta sin saber qué hacer, pero mis

primas entran sin esperar que las invite a pasar, y arrastran la silla con la anciana.

Entonces me entero: tu mamá nos escribió y nos dijo que la tía Emilia podía venir

aquí a vivir contigo y con la niña para acompañarlas. Acompañarme la llamada tía

con su silla de ruedas y con un bulto enorme que una de mis primas tira en el sofá.

Porque dice mi mamá, según ellas, que así no estaré tan sola, y que las dos nos

sentiremos mucho mejor, y etcétera. Leo la carta y es verdad que mi mamá les

escribió todo eso, como siempre, sin consultar conmigo. Cuántas estupideces se le

ocurren a mi mamá. En la carta dice que yo podría cuidar y atender a la tía Emilia y 

así estaría más entretenida y ocupada, hasta que pudiera irme a reunir con ellos.

Habráse visto. Como si yo estuviera aquí echándome fresco en el papo. Y claro, las

simpáticas primas enseguida trajeron a esta vieja, no faltaba más. Se sacudieron el

muerto y me lo encajaron a mí, a la hija del pollero. Por la facha que tienen se ve

que son un par de pelandrujas que nada más que están a la espera para joder a los

demás y salir ellas beneficiadas, como ya hicieron cuando mi mamá se fue, pues ya

sabes, Tania, enseguida que recibimos el encargo de tu mamá decidimos traer a tía

Emi. Si me dan ganas de descuartizarlas a las dos, y que Dios me perdone. Por fin se

van y yo tiro la puerta con toda mi fuerza. Y resulta que ahora, como si yo tuviera

poco, tengo que bañar a la vieja, vestirla, darle la comida, acostarla, lavarle sus

trapos asquerosos, todos los días y a todas horas, porque esta vieja no es un pastel

de manzana. Eso es el frío que ha vuelto tururata a mi mamá, porque no me explico.

Y el asco que me da esta vieja, que parece que está muerta y momificada, en su

silla de ruedas, rígida, consumida, muerta. Vieja pelleja. Se le ven los huesos por

encima de la poca carne que le queda. Carne no, pellejos, porque eso es lo que

tiene, pellejos. Con sus ojitos de pájaro pendientes de todos mis movimientos, ah,

moviendo la mandíbula constantemente, y los brazos, y la lengua, sobre todo la

lengua, coño, que eso no se le ha encogido, y la usa conmigo para ordenar, pelear,

gritar, protestar, quejándose por cualquier bobería, pero lo peor, diciéndome cuanta

barbaridad se le ocurre, venga o no venga al caso. Yo creo que eso lo hace por el

solo placer de hablar porque no puede estar callada, parece que le pica la lengua.

Y Bertica por el otro lado, con sus chillidos cuando tiene hambre. Las dos chillando.

De ésta me ingresan. Pues no me voy a callar, no señor, no me voy a callar, chiquilla

de mierda, eres una degenerada, sí, eso es lo que eres, a mí no me engañas, eso,

una degenerada, ya me lo habían dicho y yo me resistía a creerlo, pero ahora me

doy cuenta de que lo que me dijeron se queda corto, degenerada, ahora ya te voy

conociendo, mascarita, te voy conociendo muy bien, no me puedes engañar, no,

ni lo sueñes que me vas a engañar como a tu pobre madre, y óyeme una cosa,

chiquilla de mierda, se lo voy a mandar a decir a tu madre, y a tu padre también,

a los dos, que abusas conmigo porque soy una pobre anciana inválida y no puedo

defenderme, ah, sí, ya lo creo que sí, so abusadora, so puñetera, pero ten cuidado,

eh, ten mucho cuidado, no te equivoques conmigo, porque así mismo, inválida y

todo como me estás viendo, todavía tengo fuerzas para darte un bastonazo y

romperte esa cabeza que tienes repleta de mierda, so atrevida, y tener que estar

aquí aguantándote las veinticuatro horas del día, mira que se lo dije bien claro a

las muchachitas, mira que se lo dije, no me lleven para la casa de esa vejiga loca,

porque ellas se pasan la vida hablando de ti, y lo que dicen es de anjá, y ahora ya

sé que lo que dicen es verdad, se lo dije, no me lleven, pero ellas insistieron en que

tú estabas muy sola y que me tratarías bien, y ya veo que no se puede confiar ni en

los santos apóstoles, ya lo veo, sí, pero si sigues molestándome te voy a dar un

bastonazo que te voy a dejar lisiada, cabrona, de verdad que te lo voy a dar, y

duro, bien duro, para que largues el pellejo y te acuerdes de mi todos los años que

te quedan por vivir, que ojalá no sean muchos, so mierda, así que déjame así,

déjame tranquila y hazme caso, y mira a ver lo que tú haces conmigo, mira a ver

cómo te portas, cabrona, bandida, mosquita muerta, que tú a mí no me engañas,

tú no tienes ni un pelo de inocente como cree tu madre, mosquita muerta, cabrona,

ni uno solo, fresca, atrevida, poca lacha, qué te habrás creído, poca lacha, eso es

lo que tú eres, y no me mires así, que no me vas a impresionar ni me vas a meter

miedo, so putica, que se lo diste al primero que te hizo jiii, so putica, te empezó a

picar temprano, eh, por eso te pasó lo que te pasó, porque no te pudiste contener,

si no me canso de decírtelo, eres una degenerada, una degenerada, una degen...

¡YAAAAAAAAAA!, y no puedo más y exploto, me pongo a dar gritos yo también y mi

casa se vuelve un infierno. Qué deseos de matar a esta vieja. De matarla, sí, de

colgarla en el patio, de pegarle candela y quedarme mirándola, gozando con el

espectáculo de la maldita vieja desintegrándose, desapareciendo de mi vista para

siempre, y cuando el fuego se apague lo único que quede de ella sean unos huesos

calcinados, achicharrados, desprendiéndose del alambre de la tendedera,

cayendo en la hierba... Pero no hice nada de eso, no señor, enseguida me puse

muy nerviosa pensando lo que se me había ocurrido y lo único que me dio por

hacer fue irme hasta mi cuarto, comprobar que Bertica jugaba con las muñequitas

que le trajo Aurelia sin darse por enterada de la algarabía, y ponerme entonces a

llorar, y taparme los oídos para no seguir oyendo una sola palabra de las palabras

asquerosas que seguía gritándome la vieja, la maldita vieja, la hija de puta de la tía

Emilia, desde la sala de mi casa...

(continuará)

Augusto Lázaro


@augustodelatorr


http://laenvolvencia.blogspot.com





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