sábado, 15 de noviembre de 2014

EL AULA SUCIA 49


Qué sucios son, ninguno de ellos tuvo la decencia de decirme para qué me citaban,

y todos lo sabían, porque todos me citaron, parece que Elvira los atosigó con el

recado, si ven a Liliana díganselo, que tiene que estar aquí a primera hora en la

oficina del Partido, y como yo hace varios días que no me porto por allí,

preparándome para mi tesis sobre Manzano, tan pronto me vieron la cara me

cayeron encima como auras, Liliana, muchacha, te están buscando como cosa

buena, dice Elvira que tienes que estar en la... y así todos, todos, con sus caras de

disimulo blando, y a pesar de que le pregunté a la zorra de Adita, me salió con eso

de no, mija, yo no sé, la verdad que no sé, y cuando llego a la oficina del Partido

me encuentro allí con todos ellos, muy calladitos, muy formalitos, y Elvira con su cara

de yonofuí, y Oscar haciéndose el sueco, y Milagros, la pobre, como siempre, con la

vista en el piso y silencio en la noche aunque sea de día, y la misma Adita

mirándome como si estuviera despidiéndome en el aeropuerto para un viaje a

Europa... ¿y todo para qué?, ¡ah!, primero porque me sacaron del colectivo de

Literatura General, claro, eso era de esperar, porque sacaron a Ernesto del

Departamento, y ni el gato se escapó de los cambios, y a mí no me iban a dejar,

después de las puyitas de Elvira y de mi viaje postergado hasta lo infinito, no, a mí no

me iban a dejar de ninguna manera, y ahora esta mierda, no me imaginaba que

esta gente pudiera llegar hasta ese punto, yo sabía que estaban en algo conmigo,

¿cómo no iba a saberlo?, pero no pensé que serían tan sucios como para esto, sí,

porque eso es lo que son todos, unos sucios, hace tiempo que estaban girados para

mí, y al fin se decidieron, me dan ganas de tirarles el carné por las narices y decirles

métanse el Partido por el culo, cabrones, ah, pero no, de eso nada, primero tengo

que serenarme, porque en estas circunstancias cualquier paso que dé puede ser

desacertado, no, primero tengo que irme para mi casa y darme un buen baño de

agua caliente, tomarme un té, poner un disco de música relajante, serenarme un

poco, que el tiempo me pase con los ojos cerrados, tomando té y oyendo música,

porque tal vez esta gente lo haya hecho a propósito, para ver si yo salto, qué cosa,

y se van a joder, porque no me voy a dejar provocar, Elvira siempre me ha lanzado

sus puyitas, una vez dijo en una reunión, como quien no quiere la cosa, pues sí,

compañeros, hay que estar siempre alertas, vigilantes, porque hasta en el Partido

puede haber ovejas negras, y no tenía necesidad de decir nada más, porque allí

todo el mundo sabía que se estaba refiriendo a mí, la muy... bueno, está bien, esta

vez me ganaron, me prepararon la cama muy habilidosamente, cómo no, y Elvira

con su miradita soñolienta, la calabacita, como le dicen los alumnos, compañeros,

tenemos una situación que nos está golpeando, el Departamento de Extensión se

va a quedar sin director, ahora con el viaje del compañero Ramón a Burdeos,

ustedes saben... y ahí mismo empezó a elogiarme, qué pedazo de hipócrita, ustedes

conocen perfectamente a la compañera Liliana, y saben que no hay otra como

ella tan idónea para sustituir a Ramón, y claro que vamos a perder por un tiempo a

una de nuestras mejores profesoras, pero ustedes saben que en este curso la

compañera Liliana está enfrascada en la preparación de su tesis para el doctorado,

y tiene muy pocos grupos, y yo creo que en definitivas eso será una ayuda para

ella, pues le va a permitir disponer de un fondo de tiempo más amplio y... qué perra,

como si yo no la conociera, por un tiempo, claro, como todas las cosas aquí, te

dicen por un tiempo, te dan una coba, te ponen por las nubes, tratan de

demostrarte que eso es casi como un ascenso, y te vas a donde te manden, y pasa

el tiempo y te quedas allí definitivamente con cualquier excusa, que para eso son

campeones, ah, si yo no lo supiera, cuántas veces ha pasado, mira la misma Delia,

la sacaron del Departamento y le dijeron que se fuera a la Preparatoria, y de eso

hace ya cuatro años, y la pobre Delia allí comiéndose un cable, haciendo lo que no

le gusta, y sobre todo, estancándose, porque allí lo que tiene que hacer es repetir

las clases que ella misma recibió cuando estudiante, qué bárbaro, y todo eso

sucediendo sin que nadie se rebele, ah, pero conmigo la cosa será distinta y

diferente, sí señor, que yo soy profesora y lo mío es impartir clases y conferencias con

mis alumnos, que para eso me pagan el salario, educarlos, y compartir con ellos,

que me quieren y se llevan bien conmigo y les gusta que yo les dé clases, mis

alumnos, qué pensarán ellos de toda esta mierda, verme ahí metida en esa oficina

de Extensión, oliendo a cagadas de perro, en las quimbambas, donde nunca va

nadie, donde jamás voy a trabar una relación con alguna personalidad que visite la

Universidad, llenándome de papeles inútiles, de planillas, de gente sin importancia

que va allí a comer mierda cuando no tiene nada que hacer, anquilosándome,

poniéndome vieja sin ver ni la portada del último libro que sacan en los talleres

literarios y en las librerías de los edificios centrales, ¡los fósforos!, vamos a ver... tengo

que pensar muy bien qué pasos voy a dar, lo que debo y no debo hacer, le voy a

demostrar a esta gente que yo no soy Delia, ni Pardo, ni Ramón, que ahora le dan

un viajecito mierdero de una semana a Burdeos acompañando a la ilustrísima

Carola, para que se jubile feliz y contento, que él se conforma con poco, pero yo

no, no señor, y lo que más rabia me da de todo esto es que ellos lo hacen porque

yo defendí a Marnia en aquella reunión donde todo el mundo le echó con el rayo,

que desde aquella vez se pusieron para mí, algunos hasta propusieron sacarla de

aquí, y yo la defendí, porque se me subió la sangre oyendo tanta desvergüenza, a

una mujer que lo único que hace es dar sus clases y decir lo que piensa, lo que

siente, que es lo que piensan y sienten muchos que no tienen cojones para pararse y

decirlo en una reunión, por eso la defendí, y seguiré defendiéndola, ya lo creo que

seguiré defendiéndola, aunque me destarre aquí con estos hijos de puta, porque ya

me he dado cuenta de que no son otra cosa que unos hijos de puta, casi todos,

sobre todo Elvira, y esa nueva Decana, tan fina, tan decente, tan educada, tan

circunspecta, que es una víbora, nada más que atenta al menor paso en falso que

tú des para caerte encima, para machacarte y echarte al Partido de verdugo para

que te haga talco, pero ya verán... ya verán que no siempre se van a salir con la

suya estos hijos de puta...

(continuará)

Augusto Lázaro

@augustodelatorr


http://laenvolvencia.blogspot.com

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