sábado, 23 de noviembre de 2013

PERO... ¿ES QUE EL MAYORDOMO NO ES EL ASESINO? 5


Escena 3

(El cuartito  está igualito. El Inspector y una anciana de unos 78 años, que a juzgar
por el aire debe ser el ama de llaves. Los dos sentados, conversan tranquilamente.
Hasta ahora)

INSPECTOR: Y dígame, madame, ¿notó usted últimamente al señor Brone
preocupado, extraño, nervioso?

MADAME CLAREE: (Habla muy pausadamente) No, de ninguna maneja. No. Nunca
lo noté pjeocupado, extjaño, nejvioso, no. No, poj Dios, qué va. El señoj Bjone eja una pejsona muy tjanquila, muy quejida, muy...

INSPECTOR: Sí, sí, comprendo, madame. Era muy... (Pausa) Pero dígame, madame, ¿cuándo fue la última vez que usted lo vio?

MADAME CLAREE: La última vez que lo vi... (Piensa) La última vez que lo... (Medita) La última vez que... (Analiza) La última vez... (Recuerda) La última... (Se rasca la barbilla, el Inspector se impacienta) La...

INSPECTOR: (Condescendiente) Continúe, continúe, madame.

MADAME CLAREE: Cjeo que fue el sábado poj la noche... Sí, fue el sábado poj la noche. El sábado, antes del hojendo cjimen... (Se persigna) ¡Jesús, Majía y José! (Escupe en el suelo) ¡Pobje señoj Bjone!

INSPECTOR: Sí, pobre, claro. Pero continúe, madame, por favor.

MADAME CLAREE: ¡Pobje señoj Bjone! (Se santigua, se rasca, escupe, etc.) El señoj Bjone eja una pejsona muy buena. ¡Ah! (Pausa) ¡Eja una bella pejsona!

INSPECTOR: Bueno, sí, es posible, claro, claro, pero...

MADAME CLAREE: ¿Cómo? ¿Duda usted que el señoj Bjone eja una pejsona muy buena?

INSPECTOR: ¡Oh, no, madame! ¡De ninguna manera! ¿Cómo voy a dudar eso? ¡No faltaba más! (Aparte) ¡Caracoles!

MADAME CLAREE: ¡Ah, bueno! Pojque sepa usted que el señoj Bjone nunca tuvo ni un sí ni un no con ninguno de los inquilinos de esta casa.

INSPECTOR: Pero claro que no, madame, claro que no. ¡Hombre, no faltaba mas!

MADAME CLAREE: Y nadie tuvo nunca una sola queja suya.

INSPECTOR: Claro que no, madame. ¡Caramba!

MADAME CLAREE: Y siempje estuvo dispuesto a bjindaj su ayuda a cualquieja que la necesitaja.

INSPECTOR: Pero claro, madame, ¿quién es capaz de dudarlo?

NARRADOR: (Desde la puerta del lunetario) Caballeros, ¿por qué no aprovechamos esta atracadera de bolitas de gofio y hacemos un intermedio aquí mismo? (Risas. Madame Clarée y el inspector miran al Narrador, le hacen muecas, y siguen en su atracadera)

MADAME CLAREE: ¡Dios tenga piedad de su alma! (Del público alguien grita "amén" y siguen las risas)

INSPECTOR: (Enciende una pipa) Y dígame, madame, ¿tenía usted buenas relaciones con el finado? (Madame Clarée se levanta, reacciona con agravios anacrónicos ante las mal entendidas palabras del Inspector, y lo mira, como diciéndole Et tu, Brute?)

MADAME CLAREE: ¿Qué insinúa usted, señoj mío?

INSPECTOR: (Cayendo) ¡Oh, nooo! (Se levanta) ¡Oh, no, madame! De ninguna manera pensará usted que yo...

MADAME CLAREE: Señoj mío, usted y yo no tenemos nada más que hablaj. (Hace inicios de retiro)

INSPECTOR: Pero... ¡madame!

MADAME CLAREE: (Retirándose) Nunca pensé que hasta el pjopio Inspectoj de la policía bjitánica llegaja a pensaj que yo... a mis años... (Suspira y sale)

INSPECTOR: Pero... ¡madame! (Entra el Agente 1, saluda a la anciana saliente, y se acerca al Inspector) Pero... (alto) ¡Madaaame! (Se desploma en la butaca, enciende su pipa. Pausa larga) ¡Agente! (Se levanta y da vueltecitas, nervioso)

AGENTE 1: A sus órdenes, jefe.

INSPECTOR: ¡Esto es intolerable!

AGENTE 1: ¿Ahora es que usted se da cuenta de que esto es intolerable, jefe?

INSPECTOR: ¡Silencio! (Pausa) ¿Será posible que todos se hayan puesto de acuerdo para salarme el puñetero domingo?

AGENTE 1: Cálmese, jefe, cálmese y sonría, que ahorita viene la tele y lo van a ver así con cara de mono cuqueado. (El Inspector se sienta) ¿Qué pasó con esa anciana que acaba de salir?

INSPECTOR: ¡Oh, mi prestigio! Mi prestigio se arruina en este caso. Usted vio que yo no le hice nada, ¿verdad? ¿Verdad que usted lo vio?

AGENTE 1: Sí, jefe, yo lo vi. Usted no le hizo nada. ¿Qué podía hacerle?

INSPECTOR: Menos mal que por lo menos tengo un testigo ocular.

AGENTE 1: No se ponga así, jefe. (Le da unas palmaditas muy respetuosamente) Ahí afuera hay dos personajes que parecen ser personas serias y decentes.

INSPECTOR: Pero, ¿qué hace usted ahí parado como un papagayo paquistano? Hágalos pasar inmediatamente. (Entra el Agente 2) ¿Y dónde demonios estaba usted metido?

AGENTE 2: Por ahí, jefe, registrando el resto de la casa. Pero no he encontrado ni siquiera un alfiler de niñera.

INSPECTOR: (El Agente 1, que había salido cuando entró el 2, regresa con los dos personajes que completan la nómina de la mansión: el chofer y el jardinero) Díganme, señores, ¿quiénes son ustedes y qué saben de este embrollo? Y rápido.

TOMMY: Yo soy el chofer, señor. Hace quince años que trabajo en esta casa, señor. No sé de qué se me acusa, señor.

INSPECTOR: (Se registra los bolsillos) ¿Quién le ha dicho que a usted se le acusa? (Al Agente 1) Haga el favor de traerme unas cuantas pastillas.

AGENTE 1: Enseguida, jefe. (Sale trotando)

TOMMY: Bueno... decírmelo, no me lo ha dicho nadie, señor.

INSPECTOR: Ya, ya. ¿Cómo me dijo que se llamaba?

TOMMY: Bueno... decírselo, no se lo he dicho todavía, señor.

INSPECTOR: (Aparte) Ya me está cayendo mal el sujeto este. Usted verá. (Carraspea) Ya, hombre, no le dé más vueltas al asunto y acabe de decirme quién diablos es usted.

TOMMY: No, si yo se lo iba a decir, señor. (Carraspea igual que el inspector) Me llamo Tommy, Tommy Drag, señor. Yo soy el chofer, aunque creo que eso sí se lo había dicho ya, señor. (Pausa) Me extraña tanto que me hayan traído aquí, señor.

INSPECTOR: (Trata de controlarse) ¿Así que Tommy Drag? (Al otro) ¿Y usted?

FLOWER: Yo soy el jardinero. Me llamo Flower, señor Inspector.

INSPECTOR: ¿Así que el chofer y el jardinero? (Fuma. A Tommy)  Dígame, Tommy, ¿conocía usted bien al Inspector? (Se traga el humo y tose, disimulando la errata) Digo, que si conocía usted bien al señor Flower. (Se turba y tose) ¿Qué demonios estoy diciendo, recoño? (Entra el Agente 1 con una bandeja en la cual pueden verse, hasta desde la última fila, una jarra tamaño familiar llena de agua, fría, sudada, cuatro vasos medianos de colores tipo barrilito, y varios paquetes de pastillas, tabletas, píldoras y comprimidos de todo tipo. El Narrador sale de algún lugar recóndito, limón en mano, se sube al escenario, toma un vaso, lo llena de agua y exprime el limón dentro) ¡Oiga! ¿Quién rayos es usted?

NARRADOR: (Mira el vaso, mira a todas partes, se acerca a un extremo y hace señas como si le estuviera hablando a alguien entre los camerinos) ¡Oye! Dile al Jefe de Escena que me mande un poquito de azúcar para hacer limonada, anda. (El Agente 1 se le acerca, lo toca, trata de quitarle el vaso. Se forma un corre corre en pos del vaso, al que se va incorporando el resto de los personajes. El Agente 1 le grita al Narrador que ahora sí no se le va a escapar, etc. El Narrador huye por el público con los demás detrás suyo. Se queda el escenario vacío, sigue el corre corre ahora dentro del público, aparece el Jefe de Escena con un cartucho de azúcar prieta y al no ver a nadie se dirige al público)

JEFE DE ESCENA: ¿Qué carajo está pasando aquí? (Nota el corre corre)

UNO DEL PUBLICO: (Se para, alto) Esto es un relajo, compadre. Qué poca seriedad tienen aquí. Están tirando a mierda la obra. No respetan al respetable. (Se sienta, molesto, comentando con el de al lado)

JEFE DE ESCENA: (Al que habló) ¿Y a ti quién te metió en esta burundanga?

UNO DEL PUBLICO: Lo que tienen que hacer es ponerle más seriedad a esto y respetar más a los que pagamos la entrada.

JEFE DE ESCENA: (Al que habló) Mira, mijito, si no te gusta esto, ahí está el libro de quejas y sugerencias, y si no te basta, ve a quejarte con el administrador, a ver si te devuelven tus doscientas pesetas. (Se va a retirar, pero antes de salir se vuelve al del público) ¡Si lo encuentras! (Sale, pero enseguida se asoma y mira al del público) Y si no lo encuentras, jódete, guanajo. (Se va)

UNO DEL PUBLICO: (Sentado, alto, con roña) Ustedes lo que son es unos descarados. (El Jefe de Escena regresa, se acerca, y le tira el cartucho de azúcar al del público -con azúcar de verdad en su interior-, que lo esquiva milagrosamente -si puede-. Se forma una confusión general, los personajes corren por todo el lunetario. Del público suben algunos al escenario. Los personajes suben y tratan de bajarlos. Voces, gritos, bulla, etc. El Jefe de Escena se asoma y le hace una señal a la cabina y grita)

JEFE DE ESCENA: Oye, tú, pon música a ver si se compone esto. (Se oye un ritmo sabrosón, alto. Los personajes y los del público se paralizan unos segundos y después comienzan a bailar, poco a poco, hasta que todos forman un solo baile. Esto dura tres minutos) ¡Yaaaaa! (Todos se paralizan) Señores: está bueno ya de jodedera, que nos van a botar de aquí. (A los del público) Ustedes, regresen a sus asientos ya. ¡Vamos! (Los del público comienzan a retirarse, con gestos y voces de resignación. A los actores) Y ustedes, vamos, a ponerle seriedad a esta mierda, que la obra tiene que continuar. Y sin relajo. (El Jefe de Escena va colocando a los actores de manera que todo quede igual a la escena donde entró el Agente 1 con una bandeja, etc.)

INSPECTOR: (A Tommy) ¿Conocía usted bien al señor Brone? (El Agente 1 llena los vasos y le entrega a cada personaje un vaso con un paquete de pastillas, tomando uno para sí. Todos, al unísono, como en los coros griegos, se toman el agua y las pastillas, y hacen gárgaras con el último sorbo)

TOMMY: Decía usted, señor.

INSPECTOR: Que si conocía usted bien al señor Brone. ¡Recórcholis!

TOMMY: Pero... ¿cómo no lo voy a conocer, señor? Si era el mayordomo de esta casa. (El Inspector está a punto de perder la poca calma que aún le queda) ¿Usted se enteró de que lo mataron esta madrugada?

INSPECTOR: (Chilla) ¡Oiga! (Se acerca a Tommy en actitud amenazante estirando sus brazos hacia él) ¿Qué burla es ésta? (Lo agarra) ¿Quiere ir al calabozo? (Tommy se suelta y se agazapa detrás de una butaca)

TOMMY: Pero, señor... si yo no he hecho nada, señor... yo soy inocente, señor.

INSPECTOR: (Se aprieta la cabeza) ¡Yaaaaa! ¡No puedo más! (Acuden, solícitos, ambos agentes) ¡Sáquenme de aquí a este par de alcornoques!

FLOWER: Señor inspector... si usted quisiera escucharme... yo puedo darle un indicio... pero debe calmarse... (El Inspector se acerca a Flower, lo toma por el chaleco, lo sacude)

INSPECTOR: ¡Un indicio! ¿Un indicio dice usted? (Casi lo alza en peso) ¡Pues desembuche!

FLOWER: Por favor. (Le señala el chaleco, el Inspector lo suelta) Gracias. (Se arregla) Pues verá usted, señor Inspector...

INSPECTOR: Hable. ¡Hable!

FLOWER: Pues verá usted... (Pausa. Piensa) Es un iidicio legítimo, no vaya a pensar que son fantasías ilusorias que...

INSPECTOR: No, hombre, claro que no, pero hable de una vez. ¡Hable! ¡HABLE!

FLOWER: Pues verá usted... se trata de la noche en que asesinaron al señor Brone... porque fue un asesinato, ¿verdad?

INSPECTOR: Pero claro que fue un asesinato, hombre. Si no, ahora yo estuviera calentándome junto a la estufa en la sala de mi casa, leyendo una novela policiaca. ¡Caramba! (Pausa) Pero hable usted, por Dios. ¡El indicio!

FLOWER: Pues verá usted... este indicio puede quizás arrojar un poco de luz sobre la oscuridad que envuelve este proceso...

INSPECTOR: Pero por el amor de Dios, señor mío. Eso ya lo sé. Pero acabe de decirme lo que tiene que decirme. (Aparte) ¡Cojones!

FLOWER: Pues verá usted... la noche que, como le dije, asesinaron al señor Brone en esta misma sala, y que el Señor tenga piedad de su alma... (Se santigua) Pues verá usted... resulta que esa misma noche todos los inquilinos de esta casa, todos absolutamente, y todos los empleados de la misma, nos encontrábamos aquí presentes... eso es lo que tenía que decirle, señor inspector. (Todos quedan perplejos, inmóviles) Así que nadie tiene una coartada en este crimen... (Foto fija durante un minuto en que nadie respira. Música de gran impacto, suspenso, expectación)

INSPECTOR: ¡Oooooh! (Cae desmayado)

AGENTES 1 Y 2: (A cappella) ¡Jefe! ¡Jefe! ¡Jefe! (Todos acuden a socorrer al inspector)

TOMMY: ¡Dios del cielo! ¿Se habrá...

FLOWER: ...muerto también el inspector? (Aparece por algún lugar indeterminado el Narrador, tomándose un refresco de botella)

NARRADOR: (Al público) Después de este desmayo, si es que no se trata de un infarto... (Mira al Inspector desmayado) porque este cabrón padece del corazón, de verdad... pues... ¿queda algo por hacer? (Murmullos en el público) ¡Nada! Por lo tanto... (Al técnico de luces o luminotécnico, que para el caso es lo mismo) Oye (Aquí el nombre del técnico real), apaga y vámonos. (Apagón) Pero ustedes no se vayan, que ahora es cuando viene lo bueno de verdad...

Augusto Lázaro


@augustodelatorr

(continuará)



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